La saliva es un líquido que se compone de un 99% de agua y cumple un papel imprescindible en el mantenimiento de la salud de la cavidad oral, pues mantiene humectados los tejidos orales, permite la limpieza de la boca y regula la acumulación de bacterias dentro de la misma. También juega un papel fundamental en la correcta deglución y digestión de los alimentos y en el habla.
Cuando la cantidad de saliva disminuye por una alteración del funcionamiento de las glándulas salivales ocurre la llamada xerostomía, un problema sobre todo femenino que altera la salud general y la calidad de vida de las personas que la padecen y que se manifiesta por la sensación subjetiva de sequedad bucal.
En concreto, el 20% de la población de entre 18 y 30 años padece xerostomía, presente en un 40% de los mayores de 50 años.
¿Puede tratarse?
Antes de nada, habría que valorar si la causa de la sequedad de boca es reversible o irreversible (esto ocurre normalmente cuando el origen se encuentra en una enfermedad mayor).
Uno de los factores que ayuda enormemente a eliminar el origen de la xerostomía o a estimular de la secreción salival es la propia dieta.
- Aumentar la frecuencia y la cantidad del volumen de líquidos ingeridos durante y entre las comidas.
- Evitar el consumo de comidas y bebidas azucaradas o ácidas.
- Eliminar o reducir el consumo de café, alcohol o tabaco.
- Evitar el consumo de alimentos que puedan irritar la mucosa bucal, como son los alimentos picantes, ácidos, salados, secos, ásperos, pegajosos o aquellos sometidos a temperaturas extremas
- Incrementar el consumo de alimentos que puedan reducir el riesgo de colonización bacteriana, como son los quesos curados, que aumentan el flujo de saliva, o ciertas verduras y frutas ricas en lectinas.
Otras medidas que podemos tomar para aplacar el problema son las siguientes:
- Mantener una buena higiene bucal, distanciada de las comidas (mínimo 10 minutos), para que la saliva pueda neutralizar los ácidos y evite dañar los dientes.
- Evitar el consumo de productos que contengan flúor y los colutorios que contengan alcohol.
- Utilizar productos farmacéuticos humectantes de la cavidad oral.