¿DIENTES APIÑADOS?

Si tienes los dientes apiñados entonces seguramente en más de una ocasión has pensado en que no tienes una sonrisa bonita. Los dientes apiñados son sobretodo  un problema de salud ya que elevan las probabilidades de desarrollar caries y hasta enfermedades relacionadas con las encías, pero obviamente también afecta en gran medida a la estética. Hay quien desarrolla complejos o inseguridades por esta característica.

Cuando alguien tiene los dientes apiñados o amontonados resulta más difícil limpiarlos porque hay más huecos inaccesibles, y de ahí que haya ese aumento del riesgo de padecer caries o gingivitis. Simplemente hay más acumulación de placa bacteriana que no es removida.

Los dientes se apiñan sobretodo por causas  genéticas. Muchas veces el  tamaño del hueco y de los dientes no están en concordancia y eso provoca que los dientes que ocupan esos lugares estrechos se retuerzan para acomodarse. También ocurre por una pérdida prematura de los dientes de leche, por eso es tan importante cuidar la salud  de los dientes de leche. SI un  diente  de leche se cae antes de tiempo el espacio que deja para la erupción del diente definitivo es menor, y por lo tanto sale girado. Haber abusado del chupete, chuparse el dedo o morder cosas durante la tierna infancia también contribuye a presentar unos dientes apiñados. Dormirse con el chupete o el biberón puesto contribuye enormemente a esta mala disposición.

Para prevenir este apiñamiento lo idea es ir haciendo un seguimiento exhaustivo de la erupción de los dientes definitivos y también mantener los mejores hábitos posibles. Es en la infancia donde podemos atajar este problema.

Ahora bien, si ya tenemos los dientes apiñados, el tratamiento más efectivo es la ortodoncia, o bien invisible o bien los clásicos brackets. En ningún caso hay límite de edad para comenzar el tratamiento. En algunos casos de apiñamiento muy severo, se puede estudiar la posibilidad de extraer alguna pieza para generar espacio extra que luego compensar con implantes.

Unos dientes apiñados no solo son un problema para quien los padece, sino que desprende una sensación de mala salud. Esto no es algo cultural, sino biológico. En los dientes hay muchos indicios de la salud de un individuo y cuando vemos a alguien con los dientes mal, algo dentro de nosotros enseguida siente que la salud de esa persona no es la más elevada.

Si tienes los  dientes apiñados, te recomendamos hacernos una visita. Verás cómo te cambia la sensación cuando empieces a saber lo fácil que es poder disfrutar de una bonita y sana sonrisa. ¿Te animas?

¿ES HORA DE VENIR AL DENTISTA?

Si no has acudido en los últimos seis meses, desde luego la respuesta es sí. Seis meses es el plazo que solemos determinar como máximo entre revisiones para lograr ser efectivos en los tratamientos preventivos y mantener tu boca con buena salud. Si crees que debes esperar a sentir dolor o molestias de algún tipo lamentamos tener que decirte que estás equivocado. Lo ideal es que no llegues a sentir nunca molestias. La mayoría de problemas importantes relacionados con la salud bucodental se podrían haber atajado con una revisión preventiva a tiempo.

No obstante, hoy nos hemos propuesto elaborar una lista de afecciones que son señal inequívoca de que te toca llamarnos para pedir cita.

Lo primero son las encías. ¿Tienes las encías sanas? ¿Crees que no? Las encías son un excelente indicador de nuestro estado de salud bucodental. Si molestan, se inflaman, se enrojecen, sangran… entonces es que algo no va bien. Curiosamente hay  gente que convive con unas encías siempre sangrantes. ¡Cuidado! El sangrado puede ser señal de acumulación de sarro y por consiguiente gingivitis. En caso de no tratarse podemos estar poniendo en riesgo uno o más dientes debido a la periodontitis o piorrea.

¿Dolor? Puede ser una caries, una infección, un flemón, la erupción de una muela de juicio, una fractura o fisura… Nada suena demasiado bien, ¿verdad? Si sientes dolor, vente a que te hagamos una exploración; eso no puede ser. El dolor es el indicador de que algo no marcha como debería y tenemos que prestarle atención.

¿Molestias en la mandíbula? Otra  buena razón para  venir a vernos. En muchas ocasiones el dolor de mandíbula está asociado a fuertes dolores de cabeza o cervicales, desgaste de dientes, ruidos en la mandíbula, bloqueo en la articulación de la mandíbula, incluso retracciones en las encías y su origen suele encontrarse en el bruxismo. El bruxismo es el acto de hacer chocar o rechinar los dientes y se remedia con el empleo de férulas de descarga que eviten estar sometiendo nuestros dientes a una presión enorme e innecesaria.

¿Mal aliento? Al dentista. Es uno de los síntomas de una mala salud  bucodental. Puede haber en curso una  caries, una infección, una gingivitis… Es importante saber qué está pasando y qué hábitos debemos cuidar en extremos para no seguir reproduciendo la patología.

¿Hipersensibilidad?  Si al tomar algo frío o caliente notas un latigazo de dolor, es que tienes que venir a vernos. Seguramente tu esmalte está dañado, tienes alguna grieta, hay alguna afección de encía o un exceso de  desgaste de dientes está provocando molestias.

¿Manchas? Otra buena razón para ver qué está pasando. Las manchas pueden aparecer en la lengua, en los dientes, en las encías, en e paladar, en la cara interna de la mejilla. Mírate  siempre muy bien en casa, y cuando notes algo raro, ante  la primera duda, vente a visitarnos. Nos encanta saber que va todo bien.

¿Sufres habitualmente de llagas o aftas bucales? Si son muy comunes es que algo no va bien. Pregúntate si tus hábitos de higiene son completos y correctos y vente  a descartar males mayores.

¿Sientes tus dientes rugosos y que el cepillado diario no es capaz de eliminar acumulaciones de difícil acceso? Con toda probabilidad necesites una limpieza profesional. Ya sabes que recomendamos hacerla cada poco tiempo para lograr una  boca libre de  riesgo de caries.

Como ves, hay muchas maneras de evaluar nuestro estado de salud y muchas razones para venir a visitarnos. Estamos deseando volver a verte sonreír.